Es frecuente que los clientes con dificultades para atender sus pagos aprovechen nuestras reclamaciones para realizar múltiples críticas al sistema financiero y, concretamente, a las ayudas concedidas a las entidades bancarias en dificultades. Es por ello importante conocer en que consiste el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) y su funcionamiento.
El FROB nace con el Real Decreto-ley 9/2009, de 26 de junio, como instrumento para salvaguardar la viabilidad de entidades bancarias que, por si solas o junto con otras, pudieran poner en apuros al conjunto del sistema financiero español. El FROB. Parte de unos presupuestos:
1º.- Las entidades de crédito están interrelacionadas y las aquejadas de falta de solvencia podrían extender sus dificultades al resto.
2º.- Es necesario procurar confianza en el sector financiero nacional para garantizar la inversión extranjera.
3º.- Los Fondos de Garantía de Depósitos “tienen a su disposición herramientas suficientes para afrontar crisis individuales de un determinado número de entidades”, es decir, no de todas, no lo pongamos a prueba.
4º.- La falta de confianza en el sector perjudica el flujo de crédito hacia los ciudadanos, empresas y administraciones públicas. El sistema bancario es clave para que la crisis económica no se agudice y extienda sus daños.
El proceso de reestructuración bancaria se somete a un principio fundamental: “agotar en primer lugar las soluciones privadas antes de emplear fondos públicos”. Por ello estable tres fases de intervención:
a.- La búsqueda de una solución privada que refuerce la solvencia de la propia entidad. Es una fase no reglada.
b.- La adopción de medidas para afrontar debilidades ya evidentes que puedan afectar a la viabilidad de una entidad de crédito. Etapa regulada que puede instarla la propia entidad o el Banco de España y que debe desembocar en tres actuaciones posibles: Reforzamiento de la solvencia de la entidad, su fusión o absorción o el traspaso total o parcial de su negocio.
c.- Sólo si las actuaciones de la segunda fase son insuficientes o inviables se procedería a la intervención del FROB.
Esta última etapa es el origen de todas las críticas, por el coste que se supone tiene para los contribuyentes y por salvar empresas supuestamente en serias dificultades, cuando no se hace lo mismo con otras o con los particulares. Pero hemos de analizar varias cuestiones:
1º.- Los administradores de la entidad afectada son sustituidos, lo que ya supone para ellos una sanción.
2º.- El plan tendrá por objeto la fusión de la entidad con otra o su traspaso total o parcial. Es decir, la entidad bancaria, de un modo u otro, deja de existir o se ve reducida a su mínima expresión, salvaguardando los intereses de sus impositores, demás clientes y acreedores. No vela, por tanto, por el interés de sus accionistas o socios, tanto como por el de sus clientes, acreedores y conjunto del sistema financiero.
3º.- La intervención puede contemplar, que no necesariamente será así, medidas de apoyo financiero consistentes en la concesión de garantías, préstamos y adquisición de valores. Es decir, el FROB recuperará, y con intereses, las cantidades desembolsadas. Así que la ayuda no es incondicional ni gratuita.
4º.- Por último ¿De donde proceden realmente los fondos aportados al FROB?. Originalmente sus recursos ascendían a 9.000 millones de euros, de los que 6.750 eran a cargo de los presupuestos generales del estado, en concreto procedentes del Fondo para la Adquisición de Activos Financieros y el resto, 2.250, aportados por los Fondos de Garantía de Depósito.
Todo esto nos lleva a algunas reflexiones:
a.- Que el FROB no ha supuesto un nuevo desembolso al Estado, dado que se empleo dinero ya destinado al FAAF. Los ingresos del Tesoro Público proceden tanto de los impuestos como de la emisión de deuda pública, y curiosamente en los últimos tiempos el sistema bancario ha incrementado la compra de deuda pública en un 12%.
b.- ¼ parte procede de los Fondos de Garantía de Depósito, cuyos recursos proceden de las propias entidades financieras.
c.- Sumando a+b llegados a una conclusión: El dinero que reciben las propias entidades financieras procede totalmente o en su inmensa mayoría del propio sistema bancario. El incremento de sus pasivos con los recursos obtenidos del FROB o del FAAF se destina a inflar sus activos de deuda pública, con lo que todo queda en familia.
d.- Respecto a qué justifica esta ayuda a las entidades financieras:
1º.- Queda claro con el anterior análisis que finalmente son las propias entidades financieras quienes se están ayudando. La intervención del Tesoro Público, el FROB y el FAAF pretenden esconder la realidad, que ya se está disponiendo de los Fondos de Garantía de Depósito, así como crear los instrumentos precisos para la intervención pública directa, si bien con el respaldo del conjunto del sistema bancario.
2º.- Otras actividades empresariales (automoción por ejemplo) han recibido ayudas sin que nadie las cuestionara, garantizando así sus puestos de trabajo. El sector bancario ocupa más de 250.000 personas directamente y otros muchos indirectos, por lo que parece sensato una posible intervención pública.
3º.- La salvaguardia del sistema financiero nacional persigue, en primer término, garantizar la tranquilidad de los ahorradores, cuyos intereses podrían no verse plenamente satisfechos de tener que intervenir directamente los Fondos de Garantía de Depósitos. Así mismo, el sistema es un instrumento para que fluya el crédito hacia los inversores y consumidores. Quizás ahora no tanto como nos gustaría, pero en otras condiciones no lo haría de ningún modo, lo que reduciría la inversión en muchos sectores y agravaría la crisis.
En conclusión, y lo que me inquieta –por poner en evidencia la dificultades que estamos atravesando-, se han creado unos inteligentes mecanismos para disponer disimuladamente de los Fondos de Garantía de Depósitos y para transmitir riesgo de unos a otros operadores bancarios con seguridad (unos compran deuda pública para que el Estado le preste esos recursos a otros), evitando así un colapso de los sistemas que garantizan nuestros activos financieros. Me parece una medida de los más sensata e inteligente, pues permite presentar una mejor imagen del conjunto del sistema salvaguardando con ello la confianza de los mercados.
Si de verdad de desea realizar una crítica al sistema financiero, hay muchas razones para hacérsela, pero no por recibir ayudas, ni por otras de las cuestiones comúnmente planteadas por los morosos.
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